Durante mi rastreo diario de noticias de marketing me he encontrado imágenes del sampling de un folleto con el tradicional portafotos de coche con la foto del mayor velador para nuestra seguridad en la carretera: San Cristóbal, patrón de los conductores, y... Red Bull.
En este post, lejos de alavar la acción comercial, la originalidad de la idea o lo acertado del medio, voy a hacerles un poquito la "puñeta" a los de Red Bull.
Bien está que busquen usos específicos al producto y que resalten lo positivo que éste es para rutinas diarias como es la conducción pero... ¿Realmente es aconsejable? ¿Testado científicamente? Sinceramente... no quiero comprobarlo.
Como muchos de vosotros, yo he probado el Red Bull y la experiencia fue bastante desagradable. Una noche de jueves me bebí dos latas y los efectos fueron inmediatos a la par que preocupantes. El pulso me temblaba, el corazón me latía con excesiva fuerza, me daban golpes de calor, sudores fríos, mareos... Literalmente, me tuve que salir de la discoteca porque sentía que en cualquier momento podía caerme y dar el espectáculo.
No sé si al resto os ha pasado eso alguna vez o es que mi cuerpo no es apto para "que le den alas" pero, una cosa os digo, viendo cómo reaccionó mi cuerpo con dos latas de Red Bull, en la vida se me ocurriría consumirlo teniendo que conducir, ya vaya yo sóla o acompañada.
Así que, aunque la idea es original y, me atrevería a decir que, hasta graciosa, conmigo que no cuenten para fomentar el consumo de Red Bull para mejorar los reflejos en la conducción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario